domingo, 18 de septiembre de 2011

Preolímpico de Básquet: Julio Lamas, de actor a Coach de la Selección

(Por Juliana Palleros) -

“Quería ser actor y entrenador de básquet”, esas eran las dos pasiones que tenía de joven. Hasta los 20 años estudió actuación pero tuvo que decidir y el básquet terminó ganando y para bien. Nació el 9 de junio de 1964 en Capital, aunque su club de toda la vida fue Deportivo San Andrés, donde empezó a transitar su carrera con las categorías infantiles.

Su padre falleció cuando él tenía ocho años, y fue allí cuando su madre se ocupó de la familia y se esforzó para que Julio pudiera practicar deporte en un club. Desde ese entonces el básquet empezaba a formar parte de su vida. Dejó de trabajar en la oficina de despachante de Aduana para tomar el curso de técnico, por esto “mi mamá no me habló por tres meses. Me ponía la comida en la mesa y no me hablaba”

Su gran maestro fue León Najnudel, a quien considera parte fundamental de su trayectoria: “León influyó de manera decisiva para siempre, porque con total desinterés me instruyó, me enseñó, me guió y yo pude aprender de él”, afirma orgulloso. Con él también compartió viajes europeos y por Estados Unidos para capacitarse y terminar de formarse como técnico.

Él mismo dice haber sido un jugador de “garra, huevo y corazón’’ y no de los buenos.
Su cabeza está dividida en dos, actualmente asegura estar en su mejor momento profesional, y confía en el proyecto del Club Obras, mientras que dirigir la Selección Nacional “es lo máximo que me puede pasar deportivamente”.

Dirigió a la Selección Argentina desde 1997 hasta 1999 y regresó en el 2010. Considerado una voz autorizada y respetada en el ambiente del basketball, para Lamas, lograr hacer una buena trayectoria, tener prestigio y resultados consiste en poder estar en clubes que tienen proyectos fuertes e importantes, ya que esos son los que normalmente están integrados por jugadores destacados.

Realizada en agosto de 2011

Preolímpico de Básquet: Mar del Plata: Información Turística


(Por Juliana Palleros) - La ciudad costera argentina es la sede del Preolímpico de Básquet. Se jugará en el Estadio Polideportivo Islas Malvinas, donde hace las veces de local el Club Atlético Peñarol, con capacidad para 12000 espectadores.

Mar del Plata cuenta con una alta gama de lugares para conocer, recorrer y disfrutar. Dispone de grandes playas, como la conocida Playa Grande. Algunas de ellas con estacionamiento, bares y actividades deportivas. Cerca de las mismas se encuentra el renovado Aquarium, donde se puede bucear con peces y apreciar distintos shows de delfines y distintos animales.

Un paseo por el místico Puerto marplatense, donde podrá apreciar las pintorescas lanchas y barcos costeros, y donde seguro se encontrará con los simpáticos lobos marinos. También puede visitarlos, concurriendo a la Reserva Faustina, donde convive una colonia de machos que cada verano parte a la costa uruguaya para aparearse.

Además, podrá realizar paseos marítimos, con duración de 1 hora, y excursiones de pesca. La banquina de pescadores, cuenta también con distintos restaurantes, donde degustará los mejores platos de pescados y mariscos.

Durante el día se puede disfrutar de la famosa diagonal, adquirir artesanías, y visitar la calle Belgrano donde se hallan los dos modernos shoppings que posee la ciudad. A la noche, el Complejo Casino Gran Hotel Provincial, que cuenta con una amplia sala de juegos y presenciar el espectáculo de fuentes danzantes.

Para aquellos que alentarán a su Selección durante gran tiempo y deseen hospedarse, los hoteles de 2 estrellas van desde los $100 en adelante. Los de 3 entre $260 y $ 350. Hospedaje de 4 estrellas desde los $400 y los más lujosos, de 5 estrellas, inician aproximadamente desde los $500 más IVA.

Por el lado del transporte, el mínimo de colectivos es de $2.10, mientras que la bajada de bandera de taxi arranca en los $5 y la ficha (130 metros) 0.50 centavos.

Y por supuesto, no podrá dejar de visitar la Avenida Juan B Justo, más conocida como “La Avenida del Pulóver”, donde se encuentran distintos comercios destinados a la venta de camperas, cueros y tejidos.

Realizada en agosto de 2011

Copa América 2011: Argentina

(Por Juliana Palleros) -

Copa América 2011: Perfil de Gerardo ''Tata'' Martino

(Por Juliana Palleros) -



Entrevista a Juan Martín López: Segunda parte

(Por Juliana Palleros) -


-¿Cuál crees que es tu virtud como jugador?

-“Creo que la parte defensiva es muy buena, al menos es por lo que me llamaron para jugar en el seleccionado.”

-¿Qué sentís que debés corregir?

-“Siempre hay cosas por corregir, creo que un jugador siempre tiene cosas por mejorar. Mi sistema defensivo es bueno pero a lo mejor a veces cometo errores, como en el corner corto.”

-¿Cuál fue tu mejor técnico?

-“Tengo muy buenos recuerdos de Gabriel Minadeo, lo quiero mucho como persona, me formó desde chico, estuvo con la Leonas hasta hace un tiempo, creo que fue el entrenador que más me marcó y hoy en día sigue en el club, así que me sigue criticando y alentando (risas), es la persona a la cual siempre escucho.”


-¿El mejor compañero?

-“Si digo uno voy a quedar mal con algunos, la verdad que el hóckey lo que más me dio son mis amigos de siempre, todos son del hóckey y del club. Si tengo que nombrar, Lucas Vila, Lucas Rossi, pero hay varios.”

-¿Qué sienten ustedes cuando se nombra tanto a la Leonas y de alguna manera quedan desplazados o escalones más abajo?

-“Para mí son dos deportes diferentes, las chicas hicieron un trabajo espectacular, todo lo que mueven, lo que hablan a nivel mundial ellas se lo ganaron. El hóckey en varones debe ser número 5 o 6 y en mujeres es número 1. La cantidad de chicas que juegan al hóckey no tiene nada que ver con la cantidad de hombres que juegan. A lo mejor es más fácil sacar mejores jugadores que en el hóckey masculino.”

-¿Hay algún club en donde te gustaría jugar?

-“En Argentina no, no me podría poner otra camiseta, Banco Provincia es mi club y no lo cambio por ninguno. Y en Europa es como un trabajo, podría jugar en cualquiera, no quiero que suene mal, no es que juego por la camiseta, juego por un tema económico, me conviene y obviamente me sirve para mejorar.”

-¿Tenés algún referente?

-“Sí, “Gaby” Minadeo. El último año, cuando se estaba por retirar jugué con él y me marcó mucho, lo tengo un poquito ahí arriba.”

-¿Te gustaría ser técnico?

-“Creo que no me gustaría vivir de eso, sí estar en mi club ayudando a los chicos o en las inferiores. No sé si lo tomaría como un trabajo o como un ingreso para mi vida. Me gustaría hacerlo pero ayudando desde otro lado.”


-¿Cuál fue la mejor enseñanza que te dejó el hóckey?

-“Formar parte de un grupo y que todos tengan un objetivo en común, más allá de deporte, me parece que eso es más de la vida. Y también aprender a que cada uno en un grupo tiene su función y todos son importantes para llegar al objetivo que todos queremos.”


-¿Cómo se preparan para la gira europea que se viene?

-“Si bien es importante ganar, tener mayor confianza, la vamos a usar para llegar bien a octubre que es lo primordial. Vamos a jugar un Cuatro Naciones y algunos partidos amistosos con rivales muy altos como Holanda. A no desesperarse si las cosas no salen y tampoco a creernos los mejores si nos va bien, sino tratar de tener los pies sobre la tierra y llegar a lo más importante que son los Panamericanos de México.”

Entrevista realizada en julio de 2011.

Copa América 2011 : Perfil de Alexis Sánchez

(Por Juliana Palleros) -

Entrevista a Juan Martín López: Primera parte

"Mi objetivo es jugar los Juegos Olímpicos de Londres"


(Por Juliana Palleros) - Juan Martín López nació el 27 de mayo de 1985, desde chico el hóckey formó parte de su vida y hoy se desempeña como defensor en Banco Provincia, donde ya fue campeón de la Liga, y dos veces de Buenos Aires. Forma parte de la Selección Mayor con la que obtuvo el tercer puesto en el Champion Trophy de Rótterdam 2009, pero asegura que “lo más lindo que jugué fueron los Mundiales de 2006 y 2010”. Jugó en Holanda y en Bélgica y se propone retomar la carrera de periodismo deportivo que tuvo que dejar para viajar a europa. Afirma que “el objetivo del año es el Panamericano, tenemos una sola plaza y la tenemos que ganar, esta vez es como sea.”

-¿Por qué empezaste a jugar al hóckey?

-“Mis papás ya jugaban en Banco Provincia, club de Vicente López, se puede decir que nací con el palo en la mano. Toda mi familia viene del hóckey, así arranqué, y siempre en el club de toda mi vida.”

-¿A qué edad arrancaste?

-“A los cuatro o cinco años ya estaba con el palo y andaba en el club molestando a los grandes.”

-¿Siempre en el mismo club o en algún momento cambiaste?

-“En Argentina siempre en Banco Provincia. Igual en el país no se usa mucho cambiarse de club. Ahí tengo a mis amigos de siempre, es como mi segunda casa, y ahora que estoy viajando mucho cada vez que vengo lo disfruto aún más”

-¿Afuera dónde jugaste?

-“Estuve tres años en Holanda, y este último año en Bélgica, en Racing de Bruselas, donde perdimos la final por penales, pero de todo se aprende. Igual, no tiene nada que ver con el hóckey de Argentina, allá es más profesional, jugás por otras cosas, y a mi lo que más me gusta es jugar con mis amigos y es lo que más extraño.”


-¿Cómo llegaste a la Selección?

-“Empecé a entrenar con el Junior, o sea el Sub 21, a los 16 años más o menos, y a los 19 jugué mi primer Mundial en Holanda, que es mi mejor recuerdo porque ganamos el título, algo impensado para todo el mundo. Cuando terminó el torneo, inmediatamente el entrenador de la Selección Mayor me convocó para formar parte del equipo.”

-¿Cómo haces para diferenciar lo que te piden en tu club y en la Selección?

-“No es muy difícil. En realidad son como dos deportes diferentes, porque una cosa es jugar a nivel local y otra a nivel internacional. Cambia mucho el tema de las canchas y a lo mejor en mi club a veces juego en una posición diferente a la que juego en el seleccionado, pero por suerte no tengo problemas a la hora de saber qué hacer en cada lugar.”

-¿Qué sentís cuando jugás al hóckey?

-“Hoy en día estoy viviendo para eso, porque estuve jugando mucho tiempo afuera, dejé de estudiar, así que hoy por hoy el hóckey es todo. Mi vida está dedicada a esto y mi sueño y próximo objetivo es jugar los Juegos Olímpicos de Londres. Después de eso veré cómo sigue mi vida, ahora hago un paréntesis. Ya jugué Mundiales, Champions Trophy, pero desde chico lo que siempre soñé fue jugar los Juegos Olímpicos y es mi meta, ya una vez que cumpla eso pensaré cómo sigo, hoy por hoy estoy focalizado en eso.”

-¿Y tu objetivo personal?

-“El día de mañana me gustaría volver a estudiar, retomar la carrera que dejé, periodismo deportivo, que es lo que me quedó en la cabeza como una asignatura pendiente, y después como todos, formar una familia, tener hijos y ser feliz.”

-¿Por qué periodismo deportivo?

-“Me gusta mucho, no sólo el hóckey sino todo el deporte, además tengo gente conocida con la que tengo buena onda, me gusta lo que hacen. A veces cuando estámos en el CENARD (Centro de Alto Rendimiento Deportivo) vienen periodistas a charlar con nosotros, y la verdad que me gustaría hacerlo. Y también lo poco que estudié de la carrera me había enganchado, me había gustado.”

Realizada en julio de 2011.

Copa América 2011: Colombia

(Por Juliana Palleros) -

El debut menos esperado


(Por Juliana Palleros) - La Selección Argentina dio el puntapié inicial de la Copa América. La mayoría esperaba goleada, buen funcionamiento del equipo y como siempre las miradas apuntaban a Lionel Messi.

A medida que pasaba el tiempo la defensa de Bolivia se hacía más fuerte y la delantera argentina más débil, le costaba encontrar el camino para poder llegar al área y se desperdiciaban pases.

En principio, cuando se ven los nombres en el tablero, todo parece estar perfecto, pero a la hora de plasmarlo en el campo de juego las fichas deben moverse y ya no parece todo tan sencillo. Y más aún, cuando el fútbol ha cambiado y no se gana con la camiseta. Hace tiempo que se viene demostrando que ya no es el mismo, y que cuando suena el silbato ya no importan los apellidos ni logros anteriores, sino que son once contra once y lo que prevalece a la larga es lo colectivo.

Bolivia vino a hacer su juego y nadie tiene porqué reprochárselo, se los subestimó desde un principio y nadie pensó en que ellos también jugaban. Sin figuras pero con garra, lucha y sin replegarse después del gol, también atacaron y hasta quedaron mano a mano con Romero quien evitó el segundo gol.

La defensa argentina estuvo desconcentrada por momentos y hasta cometió errores de conceptos básicos, como en las marcas y a la hora de pararse cuando el equipo perdía la pelota. El mediocampo estuvo muy atrás, principalmente Mascherano que parece no estar tan cómodo cuando está muy acompañado y más aún cuando estos tienen características muy parecidas.

El error de Banega que derivó en el gol boliviano no termina de entenderse, querer parar la pelota tan cerca de la línea de gol, quedó demostrado es más que peligroso y además de sorprender al propio arquero, también sorprendió a los mismísimos contrarios.

¿Por qué no intentó despejarla? ¿Por qué estaba en ese palo cuando el corner venía del mismo lado en el que ya estaba preparado el arquero?

A pesar de esto, el mediocampista de buen comienzo no tuvo un gran partido y no pudo asociarse, como se esperaba, con Messi. En cuanto a la delantera, Tévez parece no encontrar su lugar en el sector izquierdo, Messi bajó su nivel en el segundo tiempo y el que sí entró decidido a buscar el gol fue Agüero, que en la segunda que tuvo definió con categoría para poner el empate.

No hay que exagerar, ni pegarle a Messi o a Batista, sí hay que corregir errores, buscar juego colectivo y no olvidarse nunca del respeto hacia el rival, ellos también juegan y no dan nada por perdido.

Realizado en junio de 2011.

Historia: Copa América 2007

(Por Juliana Palleros) -

 

Ansiada democracia


(Por Juliana Palleros) - “Se comunica a la población que, a partir de la fecha, el país se encuentra bajo el control operacional de la Junta de Comandantes de las Fuerzas Armadas. Se recomienda a todos los habitantes el estricto acatamiento a las disposiciones y directivas que emanen de la autoridad militar, de seguridad o policial, así como extremar el cuidado en evitar acciones y actividades individuales o de grupo que puedan exigir la intervención drástica del personal en operaciones”.

Desde que escuchó el anuncio aquel miércoles 24 de marzo de 1976, en cadena nacional mediante la voz del locutor Juan Vicente Mentesana, el nerviosismo invadió totalmente su cuerpo. Sabía que no había hecho algo que le hiciera sentir ese miedo, pero temía que los recuerdos de su adolescencia y algunas charlas le trajeran varios problemas. De joven lo apasionaba la política, tenía más libros de los que alguien podría imaginarse y coleccionaba recortes. Que alguien encontrara esas viejas cajas, realmente lo ponía en estado de nerviosismo puro.
Todos los viernes, su mejor amigo lo visitaba por las noches y luego de cenar, debatían de política, para no perder aquellas costumbres. Revisaban los libros y revivían los periódicos.

Desde la hendija sólo veía las piernas de las personas que pasaban por allí. La imagen era siempre la misma, sólo pies que iban y venían. Llevaba tiempo ocultándose. Nadie lo había amenazado ni perseguido, nadie sospechaba algo raro, pero él sentía que debía permanecer ahí.
El lugar era oscuro, estaba lleno de telarañas sobre los tirantes de madera de pino y abundaba el olor a humedad. Había papeles desparramados por todos lados. En uno de los laterales había un cuadro grande, donde dos perros corrían por altos pastizales de trigo. Del lado opuesto, y debajo de la hendija que hacía de ventana, se encontraba un catre con un colchón delgado y una manta color cielo. Desde allí saltaba cada noche, cuando oía ruidos y autos a altas velocidades. El corazón le latía cada vez más fuerte y transpiraba como si terminara de jugar un partido de fútbol.
La radio lo acompañaba cada instante, su esposa lo había abandonado hacía ya 13 años. Pasaba el hambre con vainillas que tenía apiladas en latas, y café que calentaba en una estufa a gas. Escuchaba atentamente cada vez que el aparato emitía un comunicado oficial, se quedaba recostado unos instantes, pensaba con la mirada perdida y luego corría a la ventaba para ver cómo la gente pasaba apuraba y nerviosa.

Había planeado salir del país, pero su amor por el mismo pudo más que el miedo, y fue en ese momento cuando decidió refugiarse en su propio sótano. Trasladó todos sus libros y sólo algunos materiales esenciales para subsistir. Trabajó duro para que el lugar parezca abandonado y construyó un pasaje oculto, justo detrás del cuadro.
Su mejor amigo decidió exiliarse en España, insistió varios días para que fuese con él, no quería dejarlo sólo, sentía que lo abandonaba y no confiaba demasiado en su idea, pero no pudo con su firmeza y debió partir.

Era de estatura mediana, tenía el pelo revuelto y los ojos chicos y color miel. La barba le había crecido tanto que ya no recordaba su rostro sin ella. Era delgado y de pies grandes. Había desarrollado tanto su oído que podía escuchar perfectamente lo que sucedía allá afuera.

Le hubiese encantado poder ir a alentar a la Selección, quizás nunca tendría otra oportunidad de ver un Mundial tan cerca, aquel que había pedido organizar el gobierno de Perón, y que finalmente quedó en manos de los militares. Pero tuvo que conformarse con la radio, su fiel amiga. Vivió cada partido sintiendo los colores celeste y blanco como nunca, y una fuerte emoción tomaba su cuerpo en cada triunfo argentino. Él, como tantos otros, no sabía lo que había detrás del fútbol, o tal vez sí, y por ello se ocultaba. Envidiaba sanamente a aquellos que salían a las calles a festejar llenando las calles de colores y alegría.

Las lágrimas continuaron, alternaban entre las de alegría y las de tristeza.
El régimen militar seguía agrandando no sólo el miedo, la violencia y las muertes, sino también, endeudamiento externo, la pobreza y la caída del país. En medio de esta crisis, en 1982, se desató la Guerra de Malvinas. El poder ya no era el mismo y se creyó revalorizarlo obteniendo la soberanía de las islas.
Él, como aquellos que no tenían alcance a la información verdadera, creyó en que todo estaba bien. Los militares habían buscado respaldo en algunos medios. A través de estos, hacía eco la tapa de una revista importante del país, donde se podía ver una foto de soldados armados sobre la tierra y el título que señalaba la frase “estamos ganando”. Las lágrimas fueron de alegría, aunque desde un principio no coincidía con la idea. Pero no era eso lo que realmente estaba pasando.
Tras varios intentos diplomáticos, las fuerzas inglesas arribaron al Sur y comenzaron a desplomar a los soldados argentinos, lo que determinó el rendimiento. Las lágrimas volvieron a ser de tristeza.
La junta militar había enviado a jóvenes inexpertos, sin instrucciones y la mayoría del interior del país. Alrededor de trescientos de ellos murieron, y más la derrota, las miradas cayeron sobre el régimen y lo debilitó políticamente.
La censura a la prensa comenzó a disminuir, y los militares se acusaban unos a otros como si fuesen niños de jardín, mientras las movilizaciones políticas comenzaban a aumentar. Ya a fines de 1982 se abrió el proceso de transición a la democracia. Las lágrimas cesaron y el síntoma fue de alerta ante lo que podía suceder.

Al año siguiente se realizaron las elecciones y Raúl Alfonsín se adjudicó el 51.7% de los votos contra el 40,1% de Italo Argentino Luder.

Todas las noches antes de dormir, imaginaba su vida allá afuera. Le fascinaba verse aunque sea en sus pensamientos, caminando entre la gente por las avenidas, sentarse en la puerta de su casa, o andando en bicicleta, aquella color verde que le había regalado su padre antes de morir. Ese hombre que le había inculcado el interés por la literatura política, el que le obsequiaba a él y a su amigo, todo aquel periódico que encontrara. Sentía la necesidad de sentirse libre, el encierro lo volvía paranoico y ya no aguantaba la soledad, y sin saberlo, ese día había llegado.

El 10 de diciembre de 1983, desde el Congreso de la Nación, la radio volvió a transmitir en cadena nacional: “Venimos a exponer a vuestra honorabilidad cuáles son los principales objetivos del gobierno en los diversos terrenos en que debe actuar: la política nacional e internacional, la defensa, la economía, las relaciones laborales, la educación, la salud pública, la justicia, las obras de infraestructura, los servicios públicos y todas las otras cuestiones que reclaman la atención del pueblo, de los gobernantes y de los legisladores. Pero queremos decir, también, que entre todas las áreas habrá un enlace profundo y fundamental: que una savia común alimentará la vida de cada uno de los actos del gobierno democrático que hoy se inicia: la rectitud de los procedimientos. Hay muchos problemas que no podrán solucionarse de inmediato, pero hoy ha terminado la inmoralidad pública. Vamos a hacer un gobierno decente”, así comenzaba su discurso el Presidente Raúl Alfonsín, aquel que le devolvió al país la libertad y la democracia.

Mientras escuchaba, las lágrimas caían por su rostro, pero esta vez eran las de emoción. Sentía un gran cosquilleo en su cuerpo, le temblaban las piernas y lo invadía la inquietud. Quería salir corriendo, lo dudó por unos instantes, ya no se recordaba a él mismo allá afuera. Pero cuando escuchó los aplausos al finalizar la palabra del nuevo Presidente, sintió un envión incontrolable y corrió a sacar aquel cuadro de perros que lo había acompañado al igual que la radio, durante casi ocho años, para ir a la calle.
Cuando puso el primer pie en la vereda, no fue una lágrima la que cayó, sino miles. Lo primero que hizo al salir fue mirar el cielo y agradecer de continuar allí. Había perdido muchas cosas, se había perdido muchas cosas, pero su esfuerzo había valido la pena. Necesitaba gritar, desahogarse, volver a sentirse aquel hombre libre de años atrás.
Pero no estaba solo, alguien lo esperaba con una bandera de Argentina en sus hombros y con una gran sonrisa de encontrarlo nuevamente, y ese, era su amigo, aquel que nunca lo hubiera querido dejar y con el que se fundió en un interminable abrazo.

Inmediatamente después de asumir, el Presidente concretó algunos de los temas que había anunciado en su campaña. Dictó los decretos 167 que establecía pena para grupos armados, y el 158 que ordenaba juicio a los ex comandantes de las Juntas Militares por homicidios, torturas, secuestros y detenciones ilegales.

Realizado en julio de 2011.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Entrevista a Alejandro Lanari: Primera Parte

Le atajé un penal a Maradona en el último minuto y ganamos 1 a 0


(Por Juliana Palleros) - Cuando era chico tenía muy en claro que iba a ser doctor, pero el fútbol pudo más en la vida de Alejandro Lanari, el niño que siguió los pasos de su padre en Deportivo Italiano. Aquel guardameta de Rosario Central que salió campeón, fue capitán y hasta se dio el lujo de atajarle un penal a Diego Armando Maradona, hoy tiene su propio consultorio médico.

-¿Por qué arquero?

-“Yo aterricé en el arco por varios motivos. Uno es que si yo tenía que vivir del fútbol jugando con las piernas me moría de hambre porque no era habilidoso. Pero me destacaba en los deportes que se juegan con la mano. El puesto es muy especial, tiene una responsabilidad enorme y a mí siempre me gustaron ese tipo de desafíos. Fue una mezcla de incapacidad motriz y del gusto por las responsabilidades.”

-La gente de Deportivo Italiano le tiene un cariño muy especial, tienen una peña con su nombre.

-“Tiene una connotación importante porque mi padre jugó allí cuando se armó el club. Me llevó y empecé a jugar en el lugar donde él había jugado y de las inferiores llegué a jugar en la Primera, era uno de los chicos que se había formado y que estaba jugando en el primer equipo. Y para colmo se da que yo atajo los penales con los que Italiano asciende. Después me fui, nunca más jugué ahí, por lo tanto dejé una buena imagen y en la hinchada quedó ese recuerdo.”

-¿Cómo fue la llegada a Rosario Central?


-“Justo salimos campeones con Deportivo Italiano y llegó la oportunidad de jugar en Primera en uno de los equipos más grandes del interior, con todo lo que significaba eso para mí, estaba casado, con una hija recién nacida y tenía que mudarme a Rosario, y me faltaban materias para recibirme de médico. Una decisión compleja, pero decidí ir.”

-¿Cómo fue la relación con la hinchada rosarina?

-“Tuve una relación extraordinaria, de hecho en el segundo año empecé a ser el capitán del equipo y después estuve casi cuatro años más, era el que tenía relación con los “capos” de la hinchada. Me llevé siempre bien, en realidad nunca tuve problemas. Es más, hace poquito jugamos un partido y la recepción fue muy buena. Uno se alegra porque dejó un buen recuerdo.”

-¿Hincha de Central?

-“Totalmente. Cuando abro el diario me fijo primero cómo salió Central, después los demás.”

¿Siempre?

-“Antes era de Boca. Pero la verdad es que después empecé a jugar y viviendo en Rosario no podes no ser hincha de Central.”

-¿Cómo fue salir campeón, luego del ascenso, por primera vez en la historia en Primera División?

-“Yo llego cuando Central asciende. Fue espectacular porque era un equipo que se había formado para jugar ese año en Primera, muchos jugadores nuevos, la mayoría nos empezamos a conocer ahí. Fue una experiencia única que yo no medí en toda su magnitud en ese momento porque no lo entendía. Después cuando estuve unos años más en Rosario, me di cuenta lo que significaba lo que habíamos hecho. Es más, fue el último campeonato que ganó Central.”

-¿Qué significó el paso por México?

-“En primer lugar una hija, porque tengo una hija mexicana (risas), que fue lo mejor que me traje de allá. Y segundo estar en una institución distinta, ver el fútbol de una forma diferente, ver una sociedad que vive el fútbol de una forma distinta, jugar sin presiones y además la Universidad Autónoma de Nuevo León, donde fui a jugar, me dio la oportunidad de hacer mi especialidad médica. Podía estudiar y al mismo tiempo jugar al fútbol, fue un buen paso”, afirma a pesar de haber sido borrado por un entrenador brasileño, por el solo hecho de no querer argentinos en el plantel.

-De ahí pasaste a Racing

-“Sí. Llegué cuando agarró Cubillas, que estuvo siete u ocho fechas. Racing era un caos absoluto. El DT renunció y estuvimos trece fechas del campeonato con el técnico de la tercera. Y para que yo jugara, el club tenía que pagarle a la Federación Mexicana de Fútbol que hasta fin de año no lo hizo. Así que estuve los primeros seis meses sin poder jugar, hasta que llegó Maradona y me habilitaron. Pero estaba Nacho González de titular y solamente pude jugar dos partidos.”

-¿Cómo fue el paso por Argentinos Juniors?


-“Argentinos Juniors fue el último club en el que yo jugué de titular y con el que conseguí un campeonato de los más importantes. Una institución que llegó a salir campeona del mundo y estaba en la B, entonces hicimos campaña para conseguir el ascenso. Fue importante para mí, cuando terminé el último partido dije: ‘salimos campeones, no juego más, el fútbol me dio todo lo que me tenía que dar’. Fue un paso importante, ya a los treinta y siete años que yo tenía, salir campeón.”

-¿Qué tal fue la experiencia en Boca?

-“Simplemente a mí me convocaron porque Abbondanzieri se lastimó y necesitaban un arquero en condición de libre”. Cuando llego, al “Pato” no lo operan y puede seguir jugando, por lo tanto yo no tenía lugar y estaba como tercer arquero. Córdoba, Roberto y yo. Para esa época ya tenía mi consultorio, lo de Boca fue un paso, nada más. Pero fue la experiencia de haber puesto un pie dentro de un equipo que uno siempre lo miraba desde afuera.”

-¿Quién era tú ídolo?
-“Fillol, sin dudas sí. Yo lo veía atajar y trataba de corregir mis errores haciendo lo que él hacía.”

-¿Qué valor tuva la convocatoria a la Selección?

-“Fue de las satisfacciones más grandes que tuve en el fútbol. Estuve veintitrés partidos en la Selección, jugué uno y después entré en cuatro o cinco amistosos, pero ese que jugué los noventa minutos valió todo el sacrificio que hice toda la vida. Y sí, por su puesto me quedó pendiente la posibilidad de seguir en la Selección, porque en realidad cuando había jugado me había ido bien, pero después cuando se hizo el Mundial no me citaron así que fue una pena, no una frustración. Pero jugamos en 1991 la Copa América, salimos campeones y fui parte de ese equipo.”

Entrevista realizada en septiembre de 2010.

Entrevista a Alejandro Lanari: Segunda Parte

(Por Juliana Palleros) -


-¿Cuál fue la persona que más te enseñó en el fútbol?

-“Ángel Tulio Zof. Lo tuve cinco años como técnico. Ramón Cabrero también. Me enseñaron a disfrutar del fútbol, a poder estar dentro de una cancha sin la presión de que uno no puede equivocarse, cuando el puesto de arquero es muy tensionante. Aceptar eso permite que uno juegue más distendido y cometa menos errores.”

-¿En qué parte de tu carrera futbolística empezaste a estudiar medicina?

-“Me recibí jugando. Cuando fui a México me faltaba una materia y en las primeras vacaciones vine para Argentina, la rendí y me volví ya recibido para después hacer la especialidad. Fui estudiando a lo largo de la carrera, mi meta era recibirme. No lo hice en seis años, tardé bastante más, pero lo logré.”

-¿Qué es lo que haces hoy? ¿En qué consiste tu trabajo?

-“Soy médico especialista en medicina deportiva, tengo un centro de rehabilitación deportiva y un consultorio donde me dedico a la prescripción de actividad física para pacientes que tienen hipertensión, obesidad, diabetes. En el otro hacemos todo lo que es la rehabilitación de deportistas, y no también, que tengan lesiones. Y el tercer trabajo que tengo es en el Centro de Entrenamiento para Futbolistas de Alto Rendimiento (CEFAR), donde dirijo el Departamento Médico de la institución que tiene jugadores libres y además una escuela infantil que pertenece al Barcelona de España.”

-¿Cuál es la clave para lograr un buen trabajo?

-“Lograr conexión con el deportista. Acá el jugador sabe que puede pasar y decir ‘Ale, tengo tal molestia. ¿Entreno o no?’. Encuentran siempre el mate preparado para pasar y charlar.”

-¿Por qué no en un cuerpo técnico de algún equipo?

-“Fui el médico de Almagro y Banfield, pero durante veintidós años no tuve sábados y domingos por las concentraciones y viajes, así que cuando terminé de jugar al fútbol y empecé a ser médico de quipos, tenía que estar todos esos días concentrado. No me gustó nada, quería recuperar mi vida familiar.”

-De toda tu carrera, ¿cambiarías algo?

-“No cambiaría nada. Si tuviese la posibilidad de jugar al fútbol otra vez, ni lo dudaría un instante porque fue apasionante, una cosa distinta a lo que puede significar cualquier trabajo. Yo empecé a trabajar cuando dejé de jugar al fútbol, nunca lo consideré un trabajo, fue un gusto. Y la medicina fue mi pasión de toda la vida, desde que yo tengo uso de razón ya sabía que iba a ser médico.”

-¿Por qué no guardas recuerdos de tu carrera futbolística?

-“Porque para mi la vida viene mañana. Es vivir el hoy, y pensar en lo que voy a hacer en el futuro. Se ve que todavía no llegó el momento de sentarme a analizar lo que hice, no quiero perder tiempo de mi vida actual mirando para atrás. Lo que hice, lo hice, me tocó vivirlo y punto. Por ahí contarles a mis hijos o nietos, algunas cosas que pasaron, pero no me gusta, no me he sentado una sola vez. En mi familia me hicieron álbumes de toda mi carrera, un montón, pero no los he abierto nunca. A veces cuando alguno no me cree, por ejemplo me pasó, en el San Paolo cancha del Nápoles le atajé un penal a Maradona en el último minuto y ganamos 1 a 0 con Rosario Central. Cuando yo cuento esto me dicen: ‘¡qué le vas a atajar un penal a Maradona!’, ¡No me conoce nadie, en algún lado debo tener un recorte!”, cuenta recordando jocosamente aquel año ochenta y seis, cuando el equipo italiano salió campeón e invitó al conjunto rosarino, que había campeonado en Argentina, a disputar un partido donde tenían toda la fiesta preparada, pero el “canalla” ganó 1 a 0 y no les alcanzó con que el árbitro inclinara la cancha y les brindara un penal a favor, el cual Lanari se ocupó de atajarle nada más y nada menos que a Diego Armando Maradona.

-¿Qué cosas son las que te hacen seguir día a día?

-“Disfruto muchísimo lo que es el trabajo en un cuerpo médico de fútbol porque después de haber estado tantos años como jugador conozco los códigos, lo que es el vestuario, la forma de pensar de un futbolista, y acá tengo a muchos jugadores que no tienen club y que están relegados, y la función que tengo al margen de lo médico, es este acompañamiento a los que están en esta etapa, que es brava. Me gusta profundamente y sigo ligado al fútbol con esto. Me encanta lo que es formación, y en la tarde en el CEFAR trabajamos con chicos. Por otro lado la atención médica, la ayuda a la persona que no está bien, a través de lo que hice toda la vida, la actividad física, porque lo que hago es precisamente prescribir actividad física para personas que están enfermas, cosa que me entusiasma todos los días. También doy charlas, conferencias. Lo que hago lo hago disfrutando cada día, cada segundo porque es lo que me gustó siempre. Poca gente tiene la suerte de poder trabajar de lo que realmente le gusta, es una bendición. Todas estas cosas me hacen levantar a la mañana y tener ganas de arrancar.”

-¿Qué diferencias hay entre el fútbol que jugaste con el de hoy?

-“Lo describo en un ejemplo. A mí Zof me marcó. Era la primera vez que yo veía un técnico que hablaba poco y que paraba las prácticas solamente cuando algún jugador no jugaba bien al fútbol. Lo he visto pararlas cuando un defensor tiraba la pelota afuera, entonces venía el viejo, cariñosamente, y decía: ‘no muchachos miren, la gente que viene y llena esta cancha, viene a ver un espectáculo bueno, si ustedes tiran afuera la pelota la gente no va a venir más, nosotros tenemos que dar un buen espectáculo’. Hoy veo que hay demasiada garra, demasiada lucha, demasiado poco interés por guardar esta línea. Pero bueno, el fútbol ha cambiado y ha tomado rumbo para la parte física y menos para la técnica, en el Mundial se ha visto, bastante lucha y pocos jugadores de fútbol como los que yo tenía al lado, de una calidad técnica maravillosa, pero así evolucionó. Hoy es una gran condición física, mucho mejor a la que teníamos nosotros, un ritmo mucho más vertiginoso en el partido y se para muy poco la pelota”.

-Como hincha de Central, ¿cómo viviste el descenso?

-“Significó dolor, mucha pena. Descender le puede pasar a cualquiera que tenga una mala campaña, pero esto significa que la institución estuvo muy mal manejada, se han cometido muchos errores, gente que no tiene nada que ver con el fútbol de repente está dirigiendo por tener antecedentes políticos y conlleva a una situación como esta, que un club grande, porque es enorme, con una cantera de grandes futbolistas, hoy está peleando el Nacional B y con pocas chances de ascender. Sabiendo lo que significa vivir en Rosario, donde tenés a los vecinos que están haciendo una gran campaña en Primera y ahí es un pueblo grande donde te cargan todo el día. ¡Yo me imagino como deben estar los pobres hinchas de Central, no deben poder salir a la calle!”

-¿El mejor arquero de hoy?

-“A mi me gusta como ataja Carrizo, le cambiaría algunas cosas (risas), porque no hay uno que me guste al cien por cien. Me parece que es muy completo, es un arquero que tiene sus condiciones para estar donde está. Me gusta mucho más el estilo que tiene él que el arquero actual de la selección (Sergio Romero), pero bueno hay que hacer méritos para estar ahí.”


OPINIÓN SOBRE LA SELECCIÓN:

-“Es un caos lo que está pasando. Meses sin saber quién es el técnico, algunos postulándose. El manejo de la Selección no es lo que a mí me gustaría, como en todo país organizado que exista un cuerpo técnico que pueda trabajar tranquilo, que se dedique durante años a preparar el equipo para el Mundial, que no se ande improvisando tres meses antes, pero creo que todo parte de que la cabeza de este grupo maneja las cosas como le gusta.”

Entrevista realizada en septiembre de 2010.